La suerte que es grela

Así es la vida...

Tengo dos temas para colgar en mi blog:

- Las melancólicas tardes-noches de Flensburg, viendo la nieve caer, lo imprescindible que se convirtió comprarme guantes, un gorrito que me abrigue las orejas, el glühwein (vino caliente), y contar lo vitalmente necesario que se convirtió el tango.

Como iba todos los días a la biblioteca danesa, para en una de sus compus ponerme los audiculares y escuchar tangos...era mi dosis diaria.

- Y el real ensueño vivido al descubrir una pequeña milonga, en Flensburg, donde empezaba a dar por hecho que no había tango.

Pero en fin, allá quedaron las notas escritas a mano. La Navidad me trajo a Bremen y la vida de un cachetazo me lleva para mi Buenos Aires querido, sin poder volver, por lo pronto, a Flensburg o a Bremen.

Sin esperarlo, sin pretenderlo, tengo que ir....

Pero estoy feliz.

Pasaron 10 años y monedas, y las nieves del tiempo empezaron a platear mis sienes. Aunque el tiempo, los años, nunca fueron una preocupación para mí. Lo veo más en los demás que en mi mismo como en la película Entrevista con un Vampiro. (aunque confieso que a veces lo veo en mí, pero solo a veces ;-).

El 1° de enero estaré en suelo criollo.

Esta vez me desquitaré, conoceré todas las milongas, todas, y frecuentaré donde se baile tango, solo tango. Ni neotango, ni nuevo tango, ni Frank Sinatra, con pasos de tango. Solo compás de 2x4 ó 4x4 como dicen los entendidos.

Y como siempre: al compás del corazón, apostando no solo a las burros, y seduciendo a la suerte que es grela.

Dejar que la memoria, y el olvido se pelen en la calle.

Espero encontrar corazones malevos, aunque no usen faca ni lengue. Si los hay por estas tierras, ¿cómo no los va a ver en tus empedrados?!!!

Allá voy Buenos Aires, Mar del Plata, Córdoba y Entre Ríos...

Tranquilas, nunca dejo que una dama se quede sin bailar.


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